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Sensibilizantes cutáneos

Los ingre­dien­tes de las fra­gan­cias se eva­lúan por su poten­cial de sen­si­bi­li­za­ción cutá­nea, con medi­das de segu­ri­dad para ges­tio­nar los ries­gos y apo­yar el desa­rro­llo de pro­duc­tos informados.

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Comprender la sensibilización cutánea

La sen­si­bi­li­za­ción cutá­nea se refie­re al pro­ce­so por el cual una sus­tan­cia pue­de pro­vo­car una reac­ción alér­gi­ca en la piel tras una expo­si­ción repe­ti­da. Aun­que no todos los ingre­dien­tes de las fra­gan­cias son sen­si­bi­li­zan­tes, algu­nos pue­den indu­cir este tipo de reac­cio­nes en deter­mi­na­das per­so­nas. La indus­tria de las fra­gan­cias eva­lúa estos ingre­dien­tes para deter­mi­nar los nive­les de uso segu­ro, con el obje­ti­vo de mini­mi­zar el ries­go de sen­si­bi­li­za­ción y per­mi­tir al mis­mo tiem­po seguir dis­fru­tan­do de los pro­duc­tos perfumados.

Gestionar la sensibilización a través de la ciencia

Eva­lua­ción de los ingre­dien­tes de fra­gan­cia
Los ingre­dien­tes de fra­gan­cias se some­ten a eva­lua­ción para deter­mi­nar su poten­cial para cau­sar sen­si­bi­li­za­ción cutá­nea. Para ello, se revi­san datos cien­tí­fi­cos y se tie­nen en cuen­ta fac­to­res como los nive­les de expo­si­ción y las pau­tas de uso. El obje­ti­vo es esta­ble­cer direc­tri­ces que ayu­den a pre­ve­nir la sen­si­bi­li­za­ción de los consumidores.

Eva­lua­ción cuan­ti­ta­ti­va del ries­go (ERR)
La meto­do­lo­gía de eva­lua­ción cuan­ti­ta­ti­va del ries­go (QRA) se emplea para eva­luar el ries­go de sen­si­bi­li­za­ción cutá­nea de los ingre­dien­tes de fra­gan­cias. Este enfo­que tie­ne en cuen­ta la poten­cia de la sus­tan­cia, el nivel de expo­si­ción y las con­di­cio­nes de uso para deter­mi­nar las con­cen­tra­cio­nes acep­ta­bles en diver­sos tipos de productos.

Inves­ti­ga­ción y cola­bo­ra­ción con­ti­nuas
La indus­tria de las fra­gan­cias cola­bo­ra con orga­ni­za­cio­nes cien­tí­fi­cas y orga­nis­mos regu­la­do­res para mejo­rar la com­pren­sión de la sen­si­bi­li­za­ción cutá­nea. La inves­ti­ga­ción con­ti­nua y la reco­pi­la­ción de datos infor­man las actua­li­za­cio­nes de las eva­lua­cio­nes y direc­tri­ces de segu­ri­dad, garan­ti­zan­do que refle­jen los cono­ci­mien­tos cien­tí­fi­cos actuales.