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Recomendaciones de la IFRA sobre buenas prácticas de explotación

Como par­te de nues­tro Códi­go de Prác­ti­cas, la IFRA ofre­ce las siguien­tes reco­men­da­cio­nes bási­cas para las bue­nas prác­ti­cas ope­ra­ti­vas de la indus­tria de fragancias.

La apli­ca­ción de estas reco­men­da­cio­nes no exi­me a los fabri­can­tes indi­vi­dua­les de la obli­ga­ción de cum­plir todas las nor­ma­ti­vas nacio­na­les o inter­na­cio­na­les que afec­ten a sus operaciones.

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Personal

Todo cen­tro de fabri­ca­ción de mate­ria­les de fra­gan­cia debe emplear per­so­nal con nive­les ade­cua­dos de for­ma­ción téc­ni­ca y prác­ti­ca y con auto­ri­dad y res­pon­sa­bi­li­dad, para garan­ti­zar y man­te­ner la iden­ti­dad, pure­za y cali­dad de los pro­duc­tos fabricados.

Para evi­tar la con­ta­mi­na­ción de un mate­rial de fra­gan­cia o de su enva­se, todo el per­so­nal impli­ca­do en su fabri­ca­ción y mani­pu­la­ción debe prac­ti­car una bue­na higie­ne per­so­nal y estar libre de tras­tor­nos o infec­cio­nes cutáneas.

Locales y saneamiento

Todas las zonas de fabri­ca­ción deben estar lim­pias y orde­na­das. Deben exis­tir pro­ce­di­mien­tos escri­tos que defi­nan las zonas que deben lim­piar­se, la fre­cuen­cia de la lim­pie­za, los equi­pos y mate­ria­les de lim­pie­za ade­cua­dos y el per­so­nal res­pon­sa­ble de las ope­ra­cio­nes de limpieza.

No debe per­mi­tir­se comer, fumar ni rea­li­zar prác­ti­cas anti­hi­gié­ni­cas en las zonas de com­po­si­ción y envasado.

Cer­ca de las zonas de tra­ba­jo debe haber sufi­cien­tes ser­vi­cios higié­ni­cos lim­pios y bien ven­ti­la­dos, inclui­das ins­ta­la­cio­nes para lavar­se las manos y cam­biar­se de ropa, para uso del per­so­nal de fabricación.

El acce­so a todas las zonas de fabri­ca­ción debe estar res­trin­gi­do al per­so­nal autorizado.

Garantía de calidad

Las pro­pie­da­des pre­de­fi­ni­das de todos los ingre­dien­tes de fra­gan­cias y pro­duc­tos aca­ba­dos deben ser super­vi­sa­das y con­tro­la­das por un depar­ta­men­to de con­trol de cali­dad diri­gi­do por una per­so­na cua­li­fi­ca­da que depen­da de la direc­ción y sea inde­pen­dien­te de otros depar­ta­men­tos. Este depar­ta­men­to debe ope­rar según pro­ce­di­mien­tos defi­ni­dos, con la res­pon­sa­bi­li­dad y auto­ri­dad para apro­bar o recha­zar los mate­ria­les evaluados.

Las ins­ta­la­cio­nes de labo­ra­to­rio de que dis­pon­ga el depar­ta­men­to de con­trol de cali­dad debe­rán estar dota­das de per­so­nal y equi­po acor­des con los requi­si­tos de un con­trol de cali­dad eficaz.

Los pro­ce­di­mien­tos de con­trol de cali­dad deben defi­nir con sufi­cien­te deta­lle la toma de mues­tras, inclui­das las can­ti­da­des, las prue­bas que deben rea­li­zar­se, la con­ser­va­ción de las mues­tras y el calen­da­rio de publi­ca­ción de los resul­ta­dos. Las mues­tras de con­trol de cali­dad deben eti­que­tar­se de for­ma ine­quí­vo­ca, con refe­ren­cia a la fecha y el núme­ro de lote. Las mues­tras deben con­ser­var­se en con­di­cio­nes ade­cua­das para futu­ras consultas.

El depar­ta­men­to de garan­tía de cali­dad debe man­te­ner regis­tros ade­cua­dos sobre las espe­ci­fi­ca­cio­nes y los resul­ta­dos de las prue­bas de cada lote.

La orga­ni­za­ción y los pro­ce­di­mien­tos de garan­tía de cali­dad deben per­mi­tir a la direc­ción o a orga­nis­mos de con­trol exter­nos com­pro­bar perió­di­ca­men­te si se siguen estric­ta­men­te todas las ins­truc­cio­nes y pro­ce­di­mien­tos de cual­quier fase de la fabri­ca­ción y del con­trol de calidad.

Ingredientes de fragancias: control de calidad y almacenamiento

Todos los ingre­dien­tes que se vayan a uti­li­zar en la com­po­si­ción de fra­gan­cias o que se vayan a ven­der se deben some­ter a un mues­treo ade­cua­do, a prue­bas de con­for­mi­dad con las espe­ci­fi­ca­cio­nes orga­no­lép­ti­cas y ana­lí­ti­cas y a la libe­ra­ción por par­te del depar­ta­men­to de con­trol de cali­dad median­te pro­ce­di­mien­tos definidos.

Para todos los ingre­dien­tes y pro­duc­tos, deben lle­var­se regis­tros que per­mi­tan la iden­ti­fi­ca­ción del lote, el his­to­rial de pro­duc­ción o el ori­gen, y que defi­nan las fechas de los dis­tin­tos pasos de con­trol, inclui­da la libe­ra­ción por par­te del depar­ta­men­to de con­trol de calidad.

Duran­te el perío­do com­pren­di­do entre su lle­ga­da del pro­vee­dor o del cen­tro de pro­duc­ción y su uti­li­za­ción en la com­po­si­ción de fra­gan­cias o su envío al clien­te, todos los ingre­dien­tes de fra­gan­cias debe­rán alma­ce­nar­se en con­di­cio­nes com­pa­ti­bles con sus pro­pie­da­des físi­cas y químicas.

Los ingre­dien­tes que hayan sido recha­za­dos por cual­quier moti­vo deben desig­nar­se en con­se­cuen­cia, poner­se en cua­ren­te­na físi­ca o elec­tró­ni­ca­men­te y tra­tar­se de acuer­do con la natu­ra­le­za del rechazo.

Operaciones de fabricación

Todos los sis­te­mas de fabri­ca­ción deben ser super­vi­sa­dos y mane­ja­dos por per­so­nal cua­li­fi­ca­do, for­ma­do según pro­ce­di­mien­tos defi­ni­dos en ope­ra­cio­nes unitarias.

Para todos los equi­pos y uten­si­lios de fabri­ca­ción, debe­rá dis­po­ner­se de ins­truc­cio­nes de lim­pie­za ade­cua­das, así como de per­so­nal cua­li­fi­ca­do res­pon­sa­ble de la correc­ta eje­cu­ción de dichas ins­truc­cio­nes y de la lim­pie­za de los equi­pos antes de su utilización.

Todo el equi­po de fabri­ca­ción debe­rá dise­ñar­se y man­te­ner­se de for­ma que sea ade­cua­do para el uso previsto.

Todo el equi­po de fabri­ca­ción debe ins­ta­lar­se en los loca­les de pro­duc­ción en posi­cio­nes que faci­li­ten la lim­pie­za y el man­te­ni­mien­to y reduz­can al míni­mo la con­ta­mi­na­ción duran­te su uso.

El equi­po de pesa­je y medi­ción uti­li­za­do en la pro­duc­ción y el con­trol de cali­dad debe cali­brar­se y su pre­ci­sión debe com­pro­bar­se a inter­va­los ade­cua­dos median­te méto­dos apropiados.

El con­te­ni­do de todos los reci­pien­tes y con­te­ne­do­res uti­li­za­dos en la fabri­ca­ción y el alma­ce­na­mien­to entre las fases de fabri­ca­ción debe iden­ti­fi­car­se median­te eti­que­tas colo­ca­das de for­ma bien visi­ble y cla­ra­men­te legi­bles, que lle­ven el nom­bre y/​o el códi­go de iden­ti­fi­ca­ción de los mate­ria­les pro­ce­sa­dos y los datos nece­sa­rios para la iden­ti­fi­ca­ción del lote.

En el caso de ope­ra­cio­nes con­ti­nuas, los regis­tros de lotes per se pue­den no ser posi­bles. En su lugar, se pue­de uti­li­zar un archi­vo actua­li­za­do con­ti­nua­men­te o una reco­pi­la­ción de datos auto­ma­ti­za­da para per­mi­tir sin demo­ra una revi­sión del his­to­rial de pro­duc­ción del con­te­ni­do de cual­quier con­te­ne­dor concreto.

Deben lle­var­se regis­tros de fabri­ca­ción que pro­por­cio­nen un regis­tro com­ple­to del his­to­rial de fabri­ca­ción de cada lote de un mate­rial de fra­gan­cia, mos­tran­do que se ha fabri­ca­do de acuer­do con la docu­men­ta­ción del pro­ce­so per­ti­nen­te y que sus pro­pie­da­des se han medi­do y con­tro­la­do de acuer­do con las espe­ci­fi­ca­cio­nes pertinentes.

Debe pre­pa­rar­se un regis­tro de fabri­ca­ción de lotes inde­pen­dien­te para cada lote que con­ten­ga el nom­bre del pro­duc­to, la fecha de fabri­ca­ción, el códi­go de iden­ti­fi­ca­ción del lote, el peso, así como infor­ma­ción rela­ti­va a los tipos de mate­ria­les de enva­sa­do o con­te­ne­do­res. El regis­tro debe iden­ti­fi­car a la per­so­na y/​o el equi­po res­pon­sa­ble del lote de fabricación.

Para cada lote que cum­pla los requi­si­tos del plie­go de con­di­cio­nes corres­pon­dien­te, debe­rá ela­bo­rar­se un infor­me de con­trol de cali­dad, debi­da­men­te auto­ri­za­do por la per­so­na res­pon­sa­ble de la garan­tía de calidad.

Envasado y etiquetado

En la selec­ción, mani­pu­la­ción y con­trol de todos los mate­ria­les de enva­sa­do, debe pres­tar­se la debi­da aten­ción a su esta­do, lim­pie­za e ido­nei­dad para el pro­duc­to que contienen.

Todos los enva­ses y reci­pien­tes de pro­duc­tos aca­ba­dos deben iden­ti­fi­car­se median­te eti­que­tas que cum­plan la legis­la­ción apli­ca­ble y men­cio­nen el nom­bre, el códi­go y el núme­ro de lote del pro­duc­to, su peso y cual­quier ins­truc­ción espe­cial de alma­ce­na­mien­to y manipulación.

Registros de control de calidad

Todos los regis­tros de garan­tía de cali­dad deben con­ser­var­se duran­te un perio­do acor­de con la legis­la­ción apli­ca­ble, pero en cual­quier caso duran­te al menos tres años.

Protección de la salud y el medio ambiente en las fábricas

Ámbito de aplicación

Esta sec­ción se apli­ca a la fabri­ca­ción y mani­pu­la­ción de todas las mate­rias aro­má­ti­cas, inclui­dos el alma­ce­na­mien­to, la pro­duc­ción y el dise­ño de las ins­ta­la­cio­nes. Pue­de reque­rir una revi­sión si la evo­lu­ción futu­ra de la indus­tria lo hace necesario.

La apli­ca­ción de esta sec­ción no exi­me a los fabri­can­tes indi­vi­dua­les de la obli­ga­ción de cum­plir todas las nor­ma­ti­vas nacio­na­les o inter­na­cio­na­les per­ti­nen­tes para sus operaciones.

Principios básicos

La pro­tec­ción de la salud en el lugar de tra­ba­jo y la pro­tec­ción del medio ambien­te son preo­cu­pa­cio­nes pri­mor­dia­les para la indus­tria de las fra­gan­cias. Esta sec­ción expre­sa la deter­mi­na­ción de pro­te­ger la salud huma­na y el medio ambien­te de efec­tos adversos.

Los ries­gos para la salud huma­na y el medio ambien­te se redu­ci­rán al míni­mo toman­do todas las pre­cau­cio­nes y medi­das ade­cua­das que sean fac­ti­bles, com­pa­ti­bles con los requi­si­tos ope­ra­ti­vos y cohe­ren­tes con las con­di­cio­nes loca­les y la nor­ma­ti­va nacio­nal. Las medi­das adop­ta­das debe­rán ser ade­cua­das al gra­do de ries­go existente.

Se fomen­ta el libre inter­cam­bio de infor­ma­ción sobre temas de salud y medio ambien­te entre las dis­tin­tas empresas.

Protección de la salud

Todo el per­so­nal impli­ca­do en la fabri­ca­ción y mani­pu­la­ción de mate­ria­les de fra­gan­cia debe estar pro­te­gi­do de los ries­gos para la salud de natu­ra­le­za físi­ca (por ejem­plo, rui­do, radia­ción, vibra­ción) o de los efec­tos quí­mi­cos de gases, vapo­res o polvos.

Deben rea­li­zar­se esfuer­zos para eli­mi­nar o redu­cir al míni­mo la expo­si­ción a los ries­gos para la salud toman­do las pre­cau­cio­nes que sean nece­sa­rias a la luz de la expe­rien­cia, via­bles según el esta­do de la téc­ni­ca y ade­cua­das a las con­di­cio­nes de trabajo.

Debe dar­se prio­ri­dad a las medi­das y mejo­ras téc­ni­cas, como los sis­te­mas cerra­dos, el uso de mate­ria­les menos peli­gro­sos, la ven­ti­la­ción en ori­gen y la ven­ti­la­ción general.

Si las medi­das téc­ni­cas y orga­ni­za­ti­vas no son lo sufi­cien­te­men­te efi­ca­ces, deben uti­li­zar­se ropa y equi­pos de pro­tec­ción per­so­nal, como pro­tec­ción res­pi­ra­to­ria (mas­ca­ri­lla, apa­ra­to res­pi­ra­to­rio, etc.), pro­tec­ción ocu­lar y audi­ti­va (gafas de segu­ri­dad, visor facial, tapo­nes para los oídos, etc.), pro­tec­ción de manos y cuer­po (guan­tes, tra­je, delan­tal, zapa­tos, etc.).

Se debe pro­por­cio­nar al per­so­nal infor­ma­ción e ins­truc­cio­nes espe­cí­fi­cas sobre las medi­das de pro­tec­ción nece­sa­rias para evi­tar ries­gos para la salud en el lugar de trabajo.

Las empre­sas deben audi­tar perió­di­ca­men­te los luga­res de tra­ba­jo que pre­sen­ten ries­gos poten­cia­les para la salud, en lo que res­pec­ta a las pres­ta­cio­nes de pro­tec­ción de la salud. En caso nece­sa­rio, deben lle­var­se a cabo estu­dios de con­trol de la exposición.

Cuan­do la legis­la­ción no exi­ja fichas de datos de segu­ri­dad, debe­rán faci­li­tar­se a los clien­tes, no obs­tan­te, reco­men­da­cio­nes sobre alma­ce­na­mien­to y manipulación.

Protección del medio ambiente

El medio ambien­te debe pro­te­ger­se de los efec­tos adver­sos median­te medi­das orga­ni­za­ti­vas y téc­ni­cas ade­cua­das. Debe evi­tar­se la con­ta­mi­na­ción del agua, el aire, el sue­lo y la salud pública.

Las emi­sio­nes que pue­dan tener un efec­to adver­so sobre el medio ambien­te deben iden­ti­fi­car­se, eva­luar­se y, si es nece­sa­rio, reducirse.

Deben tomar­se medi­das para evi­tar ver­ti­dos acci­den­ta­les al medio ambien­te que pue­dan supo­ner un ries­go para la salud del per­so­nal o del públi­co en gene­ral, o que pue­dan tener efec­tos adver­sos sobre el medio ambiente.

Se debe con­cien­ciar a todo el per­so­nal que mani­pu­le mate­ria­les sobre la pro­tec­ción del medio ambien­te y se le debe ins­truir sobre los pro­ce­di­mien­tos de emer­gen­cia en caso de ver­ti­do accidental.

Deben pro­por­cio­nar­se reco­men­da­cio­nes a los clien­tes sobre las pre­cau­cio­nes de alma­ce­na­mien­to y mani­pu­la­ción en los casos en que sea nece­sa­rio para pro­te­ger el medio ambiente.

Protección del agua

Deben tomar­se medi­das téc­ni­cas y admi­nis­tra­ti­vas para garan­ti­zar que las aguas resi­dua­les ver­ti­das cum­plen los requi­si­tos lega­les corres­pon­dien­tes al recep­tor (corrien­te de agua, alcan­ta­ri­lla­do públi­co o pri­va­do o plan­ta de tratamiento).

Deben tomar­se medi­das para evi­tar el ver­ti­do de mate­ria­les con­ta­mi­nan­tes en los des­agües de aguas superficiales.

Protección del aire

La emi­sión de mate­ria­les inor­gá­ni­cos u orgá­ni­cos a la atmós­fe­ra debe man­te­ner­se den­tro de los nive­les espe­ci­fi­ca­dos en la nor­ma­ti­va nacional.

Deben tomar­se medi­das téc­ni­cas y admi­nis­tra­ti­vas para evi­tar el ver­ti­do acci­den­tal a la atmós­fe­ra de can­ti­da­des de mate­ria­les peli­gro­sos para la salud o el medio ambiente.

Protección del suelo y las aguas subterráneas

El sue­lo debe pro­te­ger­se de la con­ta­mi­na­ción adver­sa por mate­ria­les inor­gá­ni­cos u orgánicos.

Deben adop­tar­se medi­das téc­ni­cas y admi­nis­tra­ti­vas para evi­tar la con­ta­mi­na­ción de las aguas sub­te­rrá­neas deri­va­da de la con­ta­mi­na­ción del suelo.

Eliminación de residuos

Debe dar­se prio­ri­dad a la reduc­ción de la can­ti­dad de mate­rial de dese­cho pro­du­ci­do y a su reci­cla­do como mate­ria pri­ma, a su uti­li­za­ción para la pro­duc­ción de ener­gía o para otros fines.

Los resi­duos quí­mi­cos se eli­mi­na­rán de acuer­do con los requi­si­tos lega­les loca­les, nacio­na­les o inter­na­cio­na­les. Sólo se uti­li­za­rán ver­te­de­ros auto­ri­za­dos oficialmente.

Debe­rán selec­cio­nar­se los méto­dos de eli­mi­na­ción más apro­pia­dos para cada resi­duo con el fin de garan­ti­zar una pro­tec­ción ade­cua­da del públi­co y del medio ambien­te. Actual­men­te, la inci­ne­ra­ción debe pre­fe­rir­se al ver­ti­do en tie­rra, siem­pre que sea posible.

Deben apli­car­se méto­dos ade­cua­dos de ges­tión de resi­duos. Deben lle­var­se regis­tros ade­cua­dos de todos los resi­duos eli­mi­na­dos. Los regis­tros de eli­mi­na­ción en ver­te­de­ro deben con­ser­var­se indefinidamente.